La crisis social y económica causada por la pandemia de la COVID-19 está dejando cifras preocupantes de pobreza. Un panorama que afecta de forma directa a la población infantil. Entre las personas en situación de pobreza aumenta el porcentaje de niños, niñas y adolescentes. Según los datos del informe realizado por EAPN España, El Estado de la Pobreza. España 2020 X Informe anual sobre el riesgo de pobreza y exclusión’, antes de la pandemia, el 30,3 % de los niños, niñas y adolescentes (NNA) estaba en situación AROPE (riesgo de exclusión social y pobreza), el 27,4 % vivía en riesgo de pobreza, el 6 % soportaba privación material severa, y el 8,4 % vivía en hogares con baja intensidad de empleo.
La pandemia de la COVID-19 encontró en España un escenario ya abonado por las desigualdades que han prevalecido, e incluso empeorado desde la crisis de 2008, según los estudios. Terminado ya el periodo de vigencia de la Estrategia UE 2020, cuyo objetivo era garantizar la recuperación económica de la Unión Europea (UE) después de la crisis económica y financiera, España no ha cumplido con el objetivo de reducción de la pobreza y exclusión social al que se había comprometido con Europa. Por lo que la crisis de la pandemia no ha hecho más que acrecentar las cifras de pobreza y desigualdad en nuestro país.
Las entidades que formamos parte de la Coordinadora Estatal de Plataformas Sociales Salesianas: Asociación Valponasca, Federación Pinardi, Fundación Ángel Tomás-FISAT, Fundación Boscos, Fundación Don Bosco, Fundación JuanSoñador, Fundación María Auxiliadora, Fundación Mornese, Fundación Valsé y Salesians Sant Jordi, promovemos la campaña #AprendemosDeTi para poner en valor el comportamiento de las niñas, niños y adolescentes durante la pandemia de la COVID-19.
“Debemos aprender de los niños y de las niñas, y en especial de los más vulnerables. Durante la pandemia están sobreviviendo en circunstancias que se han vuelto aún más precarias como consecuencia de los efectos de la crisis. Ellos y ellas nos han enseñado a hacerles frente desde una actitud positiva, se han adaptado mejor a la situación que las personas adultas y han demostrado una resiliencia mayor de la que esperábamos los propios equipos de educadores/as”, explica Monti Garrido, coordinadora del área socioeducativo de la Fundación Ángel Tomás- FISAT.
Con la campaña #AprendemosDeTi queremos reflexionar sobre las situaciones que han vivido y están viviendo miles de niños, niñas y adolescentes durante esta pandemia, aprender de su actitud positiva, pero sobre todo visibilizar a lo que se enfrentan.
En el Día Mundial de la Infancia, las entidades sociales salesianas también quieren informar y denunciar la situación de la infancia vulnerable en medio de una crisis económica, social y sanitaria. Y reclaman un mayor compromiso de agentes sociales, instituciones y de la sociedad en general para protegerla de los efectos de la COVID-19.
Para Eloína Ingerto, coordinadora de Programas de Infancia Galicia de la Fundación JuanSoñador: “Más que nunca, es necesario cuidar de nuestra infancia y esto implica a toda la sociedad. Esta pandemia ha afectado a toda la población, pero también ha visibilizado e incrementado las desigualdades educativas, y las familias que se encontraban en situación de pobreza, se han encontrado y se encuentran en situación de emergencia.”
Para ello desde las entidades que formamos parte de la Coordinadora Estatal de Plataformas Sociales Salesianas, invitamos a reflexionar sobre las situaciones que vive la infancia vulnerable y se insta a combatir con mayores recursos estas situaciones:
DERECHO A UNA EDUCACIÓN DE CALIDAD
Con el objetivo de atender las secuelas derivadas del confinamiento que ha dejado en muchos/as niños/as y adolescentes, especialmente con necesidades educativas especiales, son necesarios mayores recursos. “Hemos detectado un retroceso en aspectos como el relacional, competencias y hábitos básicos. Hacen falta más profesionales especializados para atender las secuelas post confinamiento en los recursos socioeducativos, escuelas y centros médicos” comenta Igancio Vázquez, Director General de la Fundación Don Bosco.
- Para garantizar el acceso a la enseñanza en el escenario de nuevos confinamientos son necesarios recursos tecnológicos dignos y conexión a internet, pero también para no quedarse atrás en un sistema educativo que ha introducido la tecnología como parte indispensable de su metodología. En 2019, el 31,3 % de los NNA en situación de pobreza no poseían un ordenador; el 22,8 % de la población infantil vivía en hogares que no pueden permitirse tener un ordenador y el 8,8 % no tenían Internet en casa. Una de las mayores preocupaciones de las entidades que trabajan con la Infancia es la carencia de medios para garantizar el acceso a la enseñanza y compensar desigualdades.
- Es necesario además, mejorar las competencias digitales de las familias y de los niños, niñas, adolescentes a través de acciones formativas. No sólo es necesario tener la herramienta sino saber utilizarla.
CONDICIONES DE VIDA DIGNA
Desde las Plataformas Sociales Salesianas vemos imprescindible asegurar que las necesidades básicas de los niños y niñas estén cubiertas es una prioridad:
- Alimentación. Asegurar una alimentación adecuada para el desarrollo de los menores, así como de farmacia, higiene. Un 12,3 % no puede consumir cada dos días una comida de carne, pollo o pescado.
- Pobreza energética. Hay que asegurar los recursos energéticos (luz, agua) que garanticen el bienestar de los menores en sus hogares.
- Una vivienda digna. Asegurar el acceso a una vivienda segura y adecuada, siendo uno de los principales problemas que afecta a las familias y por lo tanto al bienestar de la infancia. El gasto en vivienda (incluso inadecuada) “consume” gran parte de los ingresos y produce el tener que priorizar sobre la calidad de la alimentación, el no poder afrontar imprevistos.
- Ingresos económicos suficientes. Es necesario que el Ingreso Mínimo Vital sea compatible con otras rentas autonómicas que complemente en hogares con niños y niñas hasta llegar al umbral de la pobreza relativa. Además es imprescindible mejorar la agilidad y reducción de burocracia en el proceso de solicitud y de resolución.
- Protección en el ámbito familiar. Las dificultades que ha supuesto la crisis para muchas familias con niños, niñas, en situación de vulnerabilidad ha agravado los conflictos intrafamiliares. Son necesarias medidas de apoyo a las familias y fortalecer programas preventivos y socioeducativos.
PARTICIPACIÓN, OCIO Y TIEMPO LIBRE
La COVID-19 ha conllevado la limitación del ocio, el deporte, ha cerrado los parques con lo que se han paralizado o reducidos los espacios de participación y socialización para niños, niñas y adolescentes. “Hay que apostar por mantener un mínimo. Para los niños, niñas y menores más vulnerables, las actividades de ocio y tiempo libre son una válvula de escape y contribuyen a mejorar su desarrollo”, explica Susana González, coordinadora de la Fundación Mornese.
Las plataformas sociales salesianas a través 142 proyectos para la calidad de vida infantil, ofrecen recursos de educación integral alternativo, complementario al escolar y familiar, en los que se acompaña a niños y niñas en situación de vulnerabilidad social, en algunos casos incluidos dentro del sistema de protección o reforma, en su proceso de crecimiento y maduración, que les lleve a desarrollarse de una manera plena y feliz. Actualmente se acompaña a 9957 niños y niñas destinatarios/as, con 648 profesionales y 412 voluntarios/as.